Cómo sobrellevar los divorcios en verano

Durante el invierno estamos todos muy ocupados trabajando, tenemos muy poco tiempo libre y apenas existe una convivencia firme entre los miembros de la pareja.

Pero en vacaciones ocurre todo lo contrario. Tenemos todo el tiempo libre posible y, por tanto, hay una mayor convivencia entre la pareja, prácticamente 24 horas al día. A raíz de ello, todos los problemas de pareja que se vienen arrastrando durante el año florecen en esta época debilitando así considerablemente el vínculo y la unión de la pareja. Por otro lado, en el caso de no arrastrar ningún problema, las vacaciones son un buen momento para mejorar el estado de la relación. Pero, la falta de convivencia y comunicación que ha habido durante el año, debido a esa falta de tiempo, puede conllevar a una ruptura de la pareja.

También hay que tener en cuenta que el mes de Agosto es judicialmente inhábil, es decir, que en este mes estival los juzgados están cerrados. Por ello, esta es la razón por la que en Septiembre se registran y se remiten al Juzgado de Familia tal cantidad de divorcios.

Aunque esto no solo ocurre en verano. Marzo es otro mes estrella de los divorcios porque recoge la resaca de Navidad y el estrés de todas las comidas y cenas familiares.

Un dato es que este patrón que se da en España, no solo sucede en nuestro país, sino que también lo podemos encontrar en otros. Un estudio realizado en la Universidad de Washington reveló la existencia del mismo patrón. Los meses de Marzo y Agosto son en los que más divorcios se registran. Todo esto debido a las vacaciones de verano y las de Navidad.

Evitar esta situación

Si la persona con la que estamos compartiendo nuestras vacaciones es con la que verdaderamente queremos pasar el resto de nuestra vida, no hemos de dejar que los roces, discusiones o problemas que surjan durante la etapa estival se enquisten en la relación y acaben por destruirla. Para ello, hay que invertir tiempo en buscar que falla y solventarlo.

 

Si, en el caso contrario, pacho de abogados, como L&B Abogados, para que medie entre las dos partes de la pareja y encontrar la solución se encuentra una solución favorable para las dos partes, se debería llegar a una decisión en la que ambos salgan beneficiados de la ruptura.

Tipos de divorcio

Primero de todo debemos hacer una distinción entre separación y divorcio. Mientras que la primera opción es tan solo una separación de la vida marital, cada miembro de la pareja vive por su lado, el divorcio es la ruptura completa del vínculo del matrimonio. Cualquiera de las dos opciones puede ser de mutuo acuerdo, en la que las dos partes de la pareja están de acuerdo en la decisión o contencioso, donde será un juez quien decida los términos de la separación o el divorcio.

Gracias a la Ley 15/2015, de 2 de Julio, de Jurisdicción Voluntaria, permite que los cónyuges puedan separarse o divorciarse de mutuo acuerdo acudiendo al notario y presentando un escritura pública. Siempre y cuando no existan hijos en común menores de edad o con la capacidad modificada judicialmente.

Este documento lo pueden presentar las dos partes de la pareja o tan solo una, pero con el consentimiento de la otra. Además, previamente a la presentación del documento en cuestión, se habrá de haber redactado un convenio regulador en el que se recojan todos los acuerdos en relación a la manutención del hogar, de la familia, pensión, contribución para la manutención de los hijos…

Esta separación si se realiza de manera amistosa será más sencillo, rápido y económico. Pero, si resulta que la separación es contenciosa, entonces una de las partes será la que presente la demanda de divorcio y será un juez quien determine los criterios y cláusulas del divorcio.

Este modo de proceder, a diferencia del primero, es largo y costoso. Tras la ponencia de ambas partes de sus respectivos casos, y teniendo en cuenta la existencia de hijos, si son menores o no, la contemplación de todas las pruebas… el juez dictará la sentencia sobre separación o divorcio y establecerá todas las medidas que guiarán las relaciones entre los dos cónyuges. Acto seguido se pasará a inscribir la sentencia en el Registro Civil.