La causal o causa por la cual un juzgado puede otorgar un divorcio se denomina comúnmente las “causales” para el divorcio. Existen muchas y diferentes causas para un divorcio y todas ellas han sido creadas mediante estatutos. La causa que se presenta con más frecuencia es incompatibilidad.
En la práctica, generalmente no es difícil convencer a la corte que existe incompatibilidad la cual es suficiente para disolver la relación matrimonial. Un divorcio basado en esta causal se denomina usualmente un divorcio “sin culpa”. Sin embargo, aunque no es necesario hallar al culpable para que la corte tome la decisión de otorgar el divorcio, generalmente es un factor importante para asuntos tales como la guarda y custodia de los hijos, la pensión alimenticia, y la distribución de los bienes.