Cuando dos personas se casan, deben elegir el régimen matrimonial que regirá su matrimonio. En España, existen principalmente dos tipos de regímenes matrimoniales, los cuales otorgan distintos derechos a los cónyuges.
Tanto si se trata de un régimen de gananciales como de separación de bienes, este procedimiento influirá en la gestión de los bienes de la pareja. La elección de un régimen matrimonial u otro dependerá de las preferencias de la pareja.
En este artículo, desde Abogados de Tenerife hablaremos del régimen económico de separación de bienes, cuáles son sus características y cómo hacerlo.
¿Qué es el régimen de separación de bienes?
Un régimen matrimonial consiste en una forma de gestionar los activos de los dos miembros de la pareja. En el caso del régimen económico de separación de bienes, los dos cónyuges siguen siendo propietarios individuales de los bienes adquiridos antes y durante el matrimonio.
La separación de bienes permite, por tanto, que cada cónyuge gestione todos sus bienes como considere oportuno, sin necesitar nunca la aprobación del otro. Este derecho se aplica también a los bienes inmuebles: un cónyuge que posee una propiedad puede, por tanto, decidir venderla unilateralmente. Sin embargo, y a pesar del régimen de separación de bienes, la venta de un inmueble sin el acuerdo del otro cónyuge no es posible si se trata de la vivienda familiar.
De este modo, con este régimen matrimonial, en caso de divorcio cada persona posee sus propios bienes y los recibe en su totalidad.
Contrariamente a lo que podría pensarse, el contrato de separación de bienes no impide a los cónyuges realizar una adquisición conjunta. Los bienes adquiridos conjuntamente se adquieren en copropiedad y las partes corresponden a las respectivas contribuciones de cada cónyuge.
Además, en la mayoría de comunidades autónomas españolas se requiere que los cónyuges realicen capitulaciones matrimoniales para que pueda aplicarse el régimen de separación de bienes.
¿Cómo hacer una separación de bienes?
Para hacer una separación de bienes, es necesaria la intervención de un notario. Los cónyuges deben ponerse de acuerdo sobre el régimen matrimonial deseado y, a continuación, acudir a una notaría para redactar el documento de capitulaciones matrimoniales. La pareja debe casarse en menos de 12 meses para que dicho documento no pierda su validez.
Posteriormente, el matrimonio deberá inscribirse en el Registro Civil indicando que el régimen matrimonial escogido es el de separación de bienes.
Cabe señalar que la separación de bienes también puede realizarse en parejas ya casadas, siempre que exista común acuerdo entre ellos. Asimismo, el régimen de separación de bienes también puede modificarse una vez establecido, o bien cambiándolo por completo o bien añadiendo una cláusula concreta. No obstante, este paso también debe hacerse ante notario para que tenga validez en el futuro.
Ventajas del régimen de separación de bienes
- Permite conservar la independencia económica de cada uno de los miembros de la pareja. De esta forma, dos personas casadas en régimen de separación de bienes pueden disfrutar de sus bienes y gastos como deseen.
- Proporciona una mayor seguridad, por ejemplo en casos de emprendimiento. Con la separación de bienes, los cónyuges pueden estar seguros de que los acreedores no tendrán ningún derecho sobre los bienes del cónyuge no implicado en el negocio en caso de que se genere una deuda, lo que minimiza el riesgo.
- Es el régimen matrimonial más práctico en casos de divorcio. Evita la división de cada propiedad según condiciones específicas e individuales, lo que supone un innegable ahorro de tiempo y energía.
Desventajas del régimen de separación de bienes
- Si uno de los cónyuges no ha ejercido una actividad profesional durante el matrimonio, se quedará sin nada en caso de divorcio. No obstante, si uno de los miembros de la pareja se ha ocupado de las tareas domésticas, tendrá derecho a una compensación económica.
- Para optar por este régimen matrimonial, es imprescindible redactar las capitulaciones matrimoniales ante notario (en la mayoría de comunidades autónomas). Esto implica un coste y tiempo considerables.
- Las deudas contraídas para el mantenimiento y la educación de los hijos son obligatorias para ambos cónyuges, por lo que la separación de deudas no es total.
- Si ambos cónyuges tienen una cuenta bancaria conjunta, la división en caso de divorcio puede ser una fuente de conflictos.