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El mediador en el derecho de familia

Será el mediador quien deba proporcionar la estructura inicial y obtener la confianza y cooperación de las partes, fomentando su participación activa en el proceso demostrando su neutralidad. En esta etapa se recaba toda la información sobre la percepción del conflicto familiar que tienen los participantes, sus expectativas.
Se pretende traer a la superficie los problemas, se definen los mismos, las partes se explican y se sienten escuchadas por el mediador. Este a su vez, escucha, parafrasea, y anima a los participantes a que expongan.
Se trata de centrar el problema, Se pretende traer a la superficie los problemas, se definen los mismos, las partes se explican y se sienten escuchadas por el mediador. Este a su vez, escucha, parafrasea, y anima a los participantes a que expongan.clasificar y ordenar los temas, identificar el conflicto y llegar a una definición compartida del conflicto aceptada por todos.
El mediador debe mantener la neutralidad, no debe ofrecer soluciones, pero sí debe promover: La generación de ideas, por poco realistas que parezcan; que no “desechen, que busquen propuestas integradoras y que reformulen las posiciones en intereses. Después de revisar los problemas, debe hacer lista de todas las opciones que se han barajado y cuales son los criterios sobre los que van a valorar.
Opciones que van a ser aceptadas y pueden funcionar, quien hace, cómo, cuándo y dónde. Será el acuerdo legal final que será satisfactoriamente aceptado, revisado por el abogado de familia y permitirá si se desea, preservar las relaciones en el futuro. Todo el sistema familiar estaba afectado e intentos anteriores de solución habían fracasado. Las partes, necesitaron acudir al proceso de mediación familiar porque tal vez la ausencia de comunicación había cronificado el conflicto. La mediación familiar hará que las partes dejen de verse como “adversarios”. La pareja irá colaborando en la toma de decisiones, con responsabilidad. La mediación familiar les va a ayudar a definir el problema y organizar su propio esquema. Indudablemente todo ello supone un enorme beneficio para los hijos con la consecución de los mejores acuerdos legales bien estructurados y duraderos. Todo ello, en definitiva, posibilitando la mejor reestructuración familiar que hay que abordar tras una ruptura.
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