Si eres aficionado a los reportajes judiciales o a los thrillers jurídicos, seguro que habrás oído hablar de las órdenes de alejamiento, es decir, de aquellas órdenes emitidas por el juez que prohíben a una determinada persona acercarse a otra.
Sin embargo, obtener una orden de alejamiento no es tan sencillo. Con este artículo trataremos de entender qué es y cómo obtener una orden de alejamiento.
La orden de alejamiento es ideal para proteger a las víctimas de delitos especialmente odiosos, como el acoso y los malos tratos; la finalidad es proporcionar protección a la persona ofendida mientras se llega a una sentencia firme; seguramente sabes, de hecho, que en España los juicios duran años: si tuvieras que esperar al final de los mismos para tomar medidas contra el acusado, también podría ser demasiado tarde para la víctima. Por eso, cuando se cumplen las condiciones, el juez puede anticiparse de alguna manera al resultado del juicio proporcionando un escudo a la persona ofendida. Si te interesa este tema, sigue leyendo para ver cómo funciona una orden de alejamiento.
Desde Abogados Tenerife os contamos el proceso.
¿Qué es una orden de alejamiento?
Una orden de alejamiento es una orden judicial que limita de alguna manera la libertad personal o la libertad de movimiento de la persona a la que va dirigida.
Por tanto, la orden de alejamiento (o interdicto) es la orden por la que el tribunal impide a un individuo acercarse a otro.
La orden de alejamiento es una medida cautelar: esto significa que puede dictarse antes de la condena definitiva, cuando el proceso está aún pendiente.
Otra característica de la orden de alejamiento es que tiene necesariamente una duración temporal: deja de aplicarse tras un determinado periodo de tiempo desde su adopción y, en todo caso, una vez finalizado el juicio (indistintamente con absolución o condena).
¿Cuándo se obtiene la orden de alejamiento?
La orden de alejamiento sólo puede obtenerse en el marco de un procedimiento penal: por lo tanto, es necesario que la persona que desea ser protegida haya presentado al menos una denuncia/querella por hechos que muestren las connotaciones de un delito.
Por lo tanto, para que el juez dicte una orden de alejamiento, es necesario al menos que el nombre del presunto autor esté inscrito en el registro de sospechosos del Ministerio Fiscal.
Orden de alejamiento: ¿cómo se obtiene?
Este es quizás el punto más importante: ¿cómo se obtiene una orden de alejamiento? Como se ha mencionado en el párrafo anterior, es necesario que haya un proceso penal en curso, es decir, que la persona a la que se dirige el requerimiento esté al menos investigada, si no acusada todavía.
La persona ofendida por el delito (por ejemplo, la víctima de acoso) no tiene un derecho automático a obtener una orden de alejamiento contra el agresor.
Si presentas una denuncia contra una persona que te acosa, acechándote por la calle y hostigándote con llamadas, no es en absoluto seguro que el juez, a la espera del juicio, le ordene que deje de hacerlo, asignándole una orden de alejamiento.
Esto se debe a que la orden de alejamiento sólo puede dictarse para determinados delitos y sólo cuando se dan circunstancias concretas, siempre que el juez lo considere oportuno.
Para ser más precisos, cualquier orden de alejamiento, para ser emitida, debe ser solicitada por el magistrado del fiscal al juez del procedimiento, es decir, al juez que sigue el caso.
Ésta, a su vez, debe considerar que la orden de alejamiento es indispensable para proteger a la víctima de la posibilidad concreta de sufrir más acoso por parte del sospechoso/acusado.
Por lo tanto, lo único que puede hacer la víctima es simplemente instar al fiscal a que proponga al juez que dicte una orden de alejamiento contra el sospechoso/acusado.
Orden de alejamiento: ¿en qué consiste?
En España, la orden de alejamiento toma el nombre de prohibición de acercarse a los lugares frecuentados por la víctima.
Según la ley, mediante la medida de prohibición de aproximación a la víctima, el juez ordena al sospechoso/acusado que no se acerque a determinados lugares habitualmente frecuentados por la persona ofendida o que se mantenga a una distancia determinada de dichos lugares o de la persona ofendida.
Para garantizar el cumplimiento de esta prohibición, el juez puede imponer al destinatario de la medida la obligación de llevar instrumentos electrónicos particulares que faciliten el control en los movimientos: piénsese por ejemplo en la pulsera electrónica.
El juez, mediante una orden de alejamiento, puede hacer aún más. Si hay más necesidades de protección, el juez puede prescribir que el imputado no se acerque a determinados lugares habitualmente frecuentados por parientes cercanos de la persona o por personas que convivan con ella o, sin embargo, estén vinculadas por una relación afectiva, o que mantenga una distancia determinada de esos lugares o de esas personas.
El juez puede incluso llegar a prohibir al acusado que se comunique, por cualquier medio (teléfono, internet, etc.), con la persona ofendida o con los familiares de ésta.
La prohibición de aproximación sólo puede atenuarse en el supuesto de que el destinatario de la medida cautelar deba acudir necesariamente a determinados lugares por razones válidas, por ejemplo, por motivos laborales.
Esperamos que te haya servido esta información, si te encuentras en esta difícil situación, desde Abogados de Tenerife estaremos encantados de ayudarte y solucionar tu situación de la mejor manera posible, ¡contacta con nosotros!