Las negligencias médicas pueden tener consecuencias graves para la salud y la vida de los pacientes. Cuando un profesional sanitario incumple los estándares de atención exigidos y esto genera un daño, la víctima tiene derecho a reclamar una indemnización. Sin embargo, determinar qué situaciones son consideradas negligencia médica y cómo calcular la compensación económica no siempre es sencillo.
En este artículo, explicamos cómo calcular negligencias médicas, cuáles son sus elementos esenciales y cómo calcular una indemnización de forma precisa.
¿Qué se considera negligencia médica?
El término «negligencia médica» evoca una situación en la que la confianza depositada en un profesional de la salud se ve quebrantada. Se refiere a cualquier acción, omisión o error por parte de un médico, enfermero, cirujano, dentista u otro profesional sanitario que se desvía de los estándares de cuidado aceptados en la comunidad médica y que, como consecuencia directa, causa un perjuicio al paciente.
Para que una reclamación por negligencia médica sea considerada válida y tenga posibilidades de prosperar, es necesario que se cumplan tres requisitos fundamentales, que actúan como pilares sobre los que se sustenta la responsabilidad profesional:
- Existencia de una relación médico-paciente: Este requisito establece que debe existir un vínculo directo y establecido entre el paciente y el profesional sanitario. El afectado debe demostrar que se encontraba bajo el cuidado y la responsabilidad del profesional en el momento en que se produjo el error o la omisión.
- Fallo en el deber de cuidado: Este es el núcleo de la negligencia médica. Se debe demostrar que el médico, enfermero, hospital o cualquier otro profesional sanitario actuó de manera negligente, es decir, que su conducta se apartó de los estándares de cuidado que se esperaría de un profesional competente en la misma situación.
- Daño al paciente: No basta con demostrar que hubo un error; es imprescindible que ese error haya causado un daño real y cuantificable al paciente. Este daño puede ser de naturaleza física, psicológica o incluso moral. Debe existir una relación de causalidad directa entre el fallo en el deber de cuidado y el daño sufrido por el paciente.
Algunos ejemplos comunes de negligencias médicas incluyen errores quirúrgicos, diagnósticos erróneos, retrasos en tratamientos críticos o administración incorrecta de medicación.
Tipos de negligencias médicas más comunes
Dentro del ámbito sanitario, existen múltiples situaciones en las que se puede producir una negligencia médica. Las más frecuentes son:
1. Errores en el diagnóstico
Uno de los errores médicos más habituales es un diagnóstico incorrecto o tardío, lo que impide que el paciente reciba el tratamiento adecuado a tiempo. Un diagnóstico erróneo puede derivar en graves consecuencias, especialmente en enfermedades graves como el cáncer o patologías cardíacas.
Entre los errores de diagnóstico más comunes se encuentran:
- Diagnóstico tardío: Se produce cuando el médico no detecta la enfermedad en su fase inicial, lo que retrasa el tratamiento y puede agravar la condición del paciente.
- Falsa ausencia de enfermedad: Ocurre cuando el médico asegura que el paciente no tiene ninguna patología cuando en realidad sí la padece. Esto puede llevar a que no reciba tratamiento alguno.
- Diagnóstico erróneo: Se da cuando el profesional confunde una enfermedad con otra, administrando un tratamiento inadecuado.
En estos casos, el paciente tiene derecho a reclamar si el error ha tenido un impacto negativo en su salud y si se demuestra que otro médico en su misma situación habría realizado el diagnóstico correctamente.
2. Fallos en la intervención quirúrgica
Las intervenciones quirúrgicas conllevan riesgos, pero cuando se producen errores por imprudencia o falta de pericia del equipo médico, estamos ante una posible negligencia quirúrgica.
Algunos de los errores más comunes en cirugía incluyen:
- Intervención en un órgano equivocado: En ocasiones, se han registrado cirugías realizadas en el lado equivocado del cuerpo o en un órgano que no requería intervención.
- Pérdida de material quirúrgico en el interior del paciente: Instrumental, gasas u otros objetos olvidados dentro del cuerpo del paciente pueden provocar infecciones y complicaciones graves.
- Errores en la anestesia: La mala administración de anestesia puede generar desde dolor innecesario hasta parálisis o muerte.
- Lesión en órganos cercanos: Un cirujano poco experimentado puede afectar tejidos u órganos adyacentes al área operada.
Este tipo de negligencias médicas pueden derivar en la necesidad de realizar nuevas cirugías correctivas, lo que implica un mayor riesgo para el paciente y un período de recuperación más prolongado.
3. Negligencias en la medicación
La administración incorrecta de medicamentos puede provocar desde reacciones adversas leves hasta situaciones potencialmente mortales.
Entre los errores más frecuentes relacionados con la medicación incluyen:
- Prescripción incorrecta de fármacos: Un médico puede recetar un medicamento equivocado o una dosis inadecuada para la patología del paciente.
- Interacciones peligrosas entre medicamentos: No revisar los antecedentes del paciente y la medicación que ya está tomando puede llevar a combinaciones peligrosas de fármacos.
- Errores en la administración: Personal de enfermería o farmacéuticos pueden confundir los medicamentos o administrar una dosis incorrecta.
- Falta de supervisión de efectos secundarios: Algunos medicamentos requieren un seguimiento estricto para evitar daños en órganos vitales o reacciones adversas.
4. Falta de consentimiento informado
El consentimiento informado es un derecho fundamental del paciente. Antes de someterse a un tratamiento o procedimiento médico, el paciente debe ser informado de manera clara y detallada sobre: los riesgos y beneficios del procedimiento, también sobre las alternativas existentes al tratamiento propuesto y de las posibles secuelas o efectos adversos.
Si un médico no proporciona esta información y el paciente sufre complicaciones, puede considerarse negligencia médica. Esto es especialmente relevante en intervenciones quirúrgicas, tratamientos experimentales o procedimientos con un alto riesgo de efectos adversos.
El consentimiento informado debe ser firmado por el paciente tras recibir toda la información de manera comprensible. En casos en los que el paciente no esté en condiciones de otorgarlo, la decisión debe recaer en su representante legal o familiares cercanos.
5. Infecciones hospitalarias evitables
Las infecciones nosocomiales, es decir, aquellas que un paciente adquiere durante su estancia en un hospital o centro de salud, son un problema frecuente que puede derivar en una reclamación por negligencia médica.
No todas las infecciones adquiridas en un hospital son producto de una negligencia, pero existen casos en los que la falta de higiene o protocolos inadecuados incrementan el riesgo de contraer una enfermedad..
Los hospitales y clínicas tienen la obligación de seguir estrictos protocolos de higiene y esterilización.
¿Cómo se calcula una indemnización por negligencia médica?
El cálculo de la indemnización por negligencia médica es un proceso complejo que depende de múltiples factores, ya que cada caso tiene circunstancias únicas que afectan el monto final de la compensación. Para determinar la compensación justa, se analizan los siguientes criterios fundamentales:
1. Gravedad del daño
Uno de los principales elementos que influye en la indemnización es la magnitud del daño causado. No todas las negligencias médicas generan las mismas consecuencias, por lo que se establece una clasificación según el impacto que tienen en la vida del paciente:
- Daños leves: Se trata de afectaciones temporales que pueden resolverse con tratamiento médico o rehabilitación en un periodo relativamente corto. Ejemplos de esto incluyen una reacción adversa a un medicamento mal administrado o una pequeña complicación en una cirugía que no deja secuelas permanentes.
- Daños moderados: En esta categoría se incluyen los casos donde la víctima sufre consecuencias más duraderas que pueden interferir en su día a día. Puede tratarse de errores en diagnósticos que requieran tratamientos prolongados o intervenciones adicionales, así como lesiones que limiten la movilidad o causen un perjuicio parcial en su autonomía.
- Daños graves o permanentes: Son los casos más severos, en los que la víctima queda con secuelas irreversibles, afectando significativamente su calidad de vida. Estos daños pueden derivar en incapacidad permanente, obligando al paciente a depender de terceros para realizar actividades básicas, utilizar prótesis o someterse a intervenciones médicas de por vida.
En situaciones donde el daño es permanente, la indemnización será mayor, ya que debe cubrir los costes futuros derivados de la discapacidad, como tratamientos de por vida, asistencia domiciliaria y la pérdida de ingresos por la imposibilidad de trabajar.
2. Gastos médicos derivados
Cuando una negligencia médica genera daños en un paciente, este debe someterse a nuevos tratamientos o intervenciones para corregir el error. Estos gastos adicionales son reclamables pueden incluir:
- Consultas médicas y hospitalización: La víctima puede necesitar acudir a especialistas o ingresar nuevamente en un hospital para tratar las secuelas de la negligencia.
- Intervenciones quirúrgicas correctivas: Si un error médico requiere una nueva cirugía, los costes asociados deben ser cubiertos en la compensación.
- Rehabilitación y fisioterapia: Algunos pacientes requieren tratamientos prolongados para recuperar movilidad o funcionalidad en ciertas áreas del cuerpo.
- Gastos en medicación: Los fármacos recetados para tratar los efectos de la negligencia médica deben ser reembolsados.
- Aparatos y prótesis: En casos de lesiones graves, es posible que el paciente necesite prótesis, sillas de ruedas u otros dispositivos médicos.
Además, si la víctima debe trasladarse a otro centro médico o a otro país para recibir un tratamiento adecuado, los costes de viaje y estancia pueden ser incluidos en la reclamación.
3. Lucro cesante y daño emergente
El lucro cesante y el daño emergente son dos conceptos clave en la valoración de una indemnización por negligencia médica, ya que reflejan el impacto económico que la mala praxis ha causado en la vida del paciente:
- Lucro cesante: Hace referencia a los ingresos que la víctima deja de percibir debido a la negligencia. Si un error médico impide que una persona pueda continuar con su actividad laboral, se debe calcular el dinero que dejará de ganar durante el periodo en que esté incapacitada o, en casos graves, durante toda su vida.
- Daño emergente: Se refiere a los gastos que la víctima ha tenido que afrontar como consecuencia directa del daño sufrido. Esto incluye no solo los costes médicos, sino también aquellos derivados de la adaptación del hogar o el vehículo en casos de discapacidades permanentes.
4. Daño moral
Además del perjuicio físico y económico, la víctima de una negligencia médica puede sufrir un impacto emocional significativo. El daño moral contempla el sufrimiento psicológico, la angustia y el estrés generados por la mala praxis médica. Este tipo de daño puede incluir:
- Ansiedad y depresión: Las víctimas pueden desarrollar trastornos emocionales debido a las consecuencias de la negligencia sufrida.
- Estrés postraumático: Algunos pacientes experimentan miedo y desconfianza hacia el sistema sanitario tras haber sido víctimas de una mala praxis.
- Pérdida de calidad de vida: Cuando una negligencia médica causa una discapacidad permanente o afecta la autonomía del paciente, el impacto psicológico es considerable.
El daño moral no solo afecta a la víctima directa, sino también a su entorno familiar, especialmente cuando la negligencia ha provocado un cambio drástico en su estilo de vida.
5. Fallecimiento del paciente
En los casos más trágicos, una negligencia médica puede provocar el fallecimiento del paciente. Cuando esto ocurre, los familiares tienen derecho a reclamar una indemnización por los daños sufridos:
- Gastos funerarios: Se reembolsa el costo del sepelio, entierro o incineración.
- Pérdida de ingresos: Si el fallecido era el principal sostén económico de la familia, los dependientes pueden reclamar una indemnización que compense la pérdida de ingresos.
- Daño moral a los familiares: El sufrimiento causado por la pérdida de un ser querido debido a un error médico es un factor determinante en la cuantificación de la indemnización.
Dependiendo del caso, la responsabilidad puede recaer en un médico, un equipo sanitario o una institución hospitalaria, y la reclamación puede presentarse por la vía civil, penal o administrativa.
Pasos para reclamar una negligencia médica
Si crees que has sido víctima de negligencia médica, es importante seguir estos pasos para reclamar una indemnización:
- Recopilar documentación médica. Este es el primer y más crucial paso. Debes obtener copias de todos los registros médicos relacionados con el tratamiento que recibiste, informes médicos detallados de todas las consultas, intervenciones quirúrgicas y tratamientos, resultados de pruebas diagnósticas, como análisis de sangre, radiografías, resonancias magnéticas, etc.
- Solicitar un informe pericial. Un informe pericial es un documento elaborado por un médico especialista en el área relevante. Este informe analiza la documentación médica y las circunstancias del caso, determina si hubo una negligencia médica y si esta causó un daño al paciente, cuantifica el alcance del daño sufrido.
Este informe es fundamental para respaldar tu reclamación y demostrar la existencia de una negligencia.
- Consultar a un abogado especializado. Un abogado con experiencia en negligencias médicas te proporcionará asesoramiento legal experto y te guiará a lo largo del proceso. El abogado, analizará tu caso y determinará si tienes motivos para presentar una reclamación, te explicará tus derechos y las opciones disponibles,te ayudará a recopilar las pruebas necesarias, te representará en las negociaciones o en el juicio.
- Presentar la reclamación. La vía de reclamación dependerá de las circunstancias del caso y del tipo de negligencia. Las opciones incluyen reclamación administrativa, se presenta ante la administración pública si la negligencia ocurrió en un hospital público. Reclamación civil, se presenta ante los tribunales civiles para obtener una indemnización por daños y perjuicios y o reclamación penal, se presenta ante los tribunales penales si la negligencia constituye un delito.
- Negociación o juicio. En muchos casos, se puede llegar a un acuerdo extrajudicial con la parte responsable para evitar un juicio. Si no se llega a un acuerdo, el caso se llevará a juicio. Durante el juicio, se presentarán pruebas y testimonios para demostrar la existencia de la negligencia y el daño sufrido. El juez dictará una sentencia que determinará si hubo negligencia y la cantidad de la indemnización.
¿Cuánto tiempo tengo para reclamar?
El plazo para reclamar una negligencia médica varía según la vía legal elegida:
- Vía penal: 5 años desde el hecho negligente.
- Vía civil: 1 año desde que se tiene conocimiento del daño.
- Vía contencioso-administrativa: 1 año en casos de sanidad pública.
Es importante actuar rápidamente y contar con asesoramiento legal especializado para no perder el derecho a reclamar.